«El verdadero liderazgo consiste en construir a otras personas y hacer brillar tu luz sobre ellas, no sobre ti mismo»John Addison, Líder Editor de Success Magazine y exdirector ejecutivo de Primerica.
«Real leadership is about building other people and shining your light on them, not on yourself» John Addison, Leadership Editor of Success Magazine and Former CO-CEO of Primerica.
Un liderazgo centrado en el solo beneficio del líder es un falso liderazgo, ya que no contribuye al crecimiento ni al desarrollo personal, profesional o económico de quienes le siguen. Es un liderazgo donde el único «ganador» es el líder, por lo cual no será sustentable en el tiempo.
A leadership focused on the leader’s sole benefit is false leadership, since it does not contribute to the personal, professional or economic growth or development of those who follow him. It is a leadership where the only «winner» is the leader, which is why it will not be sustainable over time.
Generalmente, las prioridades pueden convertirse en hechos, dependiendo de nuestros intereses y motivaciones, de las opciones disponibles, de nuestra capacidad para asumirlas, de los recursos de que disponemos y de la libertad para elegir. El primer paso es priorizar y luego enfocarse para hacer realidad esas prioridades.
Sin embargo, la escogencia de prioridades debe ser vista desde perspectivas a corto, mediano y largo plazo, ya que muchos logros a corto plazo pueden convertirse en fracasos a mediano y largo plazo. Cuando el líder escoge alguna de las opciones disponibles debe estar consciente que está diciendo “No” a otras opciones.
Refiere el filósofo contemporáneo español Fernando Savater que “La característica principal que tiene el soberbio es el temor al ridículo. Por esa razón los tiranos y los poderosos carecen de sentido del humor, sobre todo aplicados a sí mismos. Cuando la risa está prohibida, sabemos que estamos en un lugar peligroso”.
Un paradigma de superioridad la asocia con la seriedad, en otras palabras, confundimos la seriedad con superioridad intelectual. La risa es sancionada socialmente, por lo cual muchos lideres consideran que la seriedad es la conducta más adecuada para ganar respecto. En otras palabras, aún se considera -como aspecto negativo- al buen humor, ya que ese mismo equivocado paradigma asocia el buen humor con un liderazgo superficial y liviano. Podríamos concluir, que, para algunos, un individuo con buen humor no se considera digno de liderizar.
Aunque, por lo contrario, la risa en la realidad se asocia con bienestar físico, mental y emocional, ya que según los expertos la risa es una de las mejores medicinas y el humor un gran sanador. El buen humor disminuye la tensión física y emocional, a la vez que constituye un equilibrio vital para llevar una vida en armonía. Está demostrado, que la risa nos libera de energía negativa, disminuye la ansiedad, las tensiones, dolores e incluso baja la presión sanguínea.
Un líder no debe permitir -por ninguna razón- en sus equipos de trabajo el humor y la risa que resultan de la burla o ridiculización de alguien, de dentro o fuera del equipo, ya que este falso humor e insana risa no son nutritivos para nuestra mente, corazón ni espíritu. Igualmente, no es válido, tomar en serio un chiste ni hacer chistes de lo serio.
El líder debe comprender que el humor y la risa desbloquean el estrés y la tensión, ayudando a construir ambientes de trabajo más agradables, positivos, productivos, creativos, de conexión y compromiso. Por esta razón, hoy día renombrados especialistas en liderazgo y gerencia reconocen el humor como una habilidad esencial para el efectivo liderazgo.
El desarrollo emocional que da poder trabajar desde el humor es vital para un sano y equilibrado liderazgo. Un proverbio japonés dice: «El tiempo que pasamos riendo es tiempo que pasamos con los dioses”
Un hermoso escrito, que algunos atribuyen a Mahatma Gandhi, dice que “Una sonrisa enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan. No dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno. Nadie es demasiado rico para prescindir de ella. Nadie es demasiado pobre para no merecerla […] Y si alguna vez se tropieza con alguien que no sabe dar una sonrisa, seamos generoso y démosle la nuestra. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no puede dársela a los demás”.