El líder debe tener “visión, oído y olfato” para percibir realidades y no aparentes verdades. Miguel A. Terán

Expresa la frase del escritor y novelista estadounidense Philip K. Dick: “La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece”. Es absolutamente cierto que “No podemos tapar el sol con un dedo”.

Quisiera comenzar este artículo refiriendo dos historias personales. La primera, surge algunos años atrás cuando mi hermano mayor trabajó para el gobierno de Vlidervoice-logoenezuela en un cargo de baja jerarquía, pero cercano al presidente del momento. Su cargo no era político sino relacionado con temas de seguridad del presidente. Recuerdo que él me comentó -y conversamos al respecto- en una oportunidad su frustración al reconocer como engañaban al presidente, que según él era una buena persona y de valores, pero no un gran líder ni un buen gerente.

En qué consistía el engaño, quizás en la pequeña parte que mi hermano percibió. A este señor presidente, cuando visitaba diferentes lugares del país, para inaugurar obras -práctica muy común en nuestros países latinoamericanos- lo paseaban como dice el viejo dicho, por “Donde pasa la Reina”. Asfaltaban calles, ponían niños de lo colegios con banderitas saludando al presidente y su caravana, limpiaban y pintaban ese camino de la reina. En otras palabras, disfrazaban al pueblo, y el presidente se quedaba con una falsa “buena” impresión.

En otra experiencia, pero está si personal, hace también algunos años estuve de visita unos días en una pequeña isla del caribe -muy conocida- donde la primera impresión que recibí al llegar fue fantástica, un bello aeropuerto de “primer mundo”. Luego el taxi me llevó a la zona hotelera, por “el Camino de la Reina” y al día siguiente fui a la zona del puerto libre. Estaba impresionado con lo bonito del lugar y si me quedaba alguna duda en mi mente, las paradisíacas playas parecían borrarla.

Pero, en realidad, nunca pude olvidar que la zona del puerto libre eran tres calles, una principal y una a cada lado de la principal. Se me ocurrió caminar más allá de esas bellas cuadras, llenas de lujosas tiendas, y de repente me encontré con otro mundo, suciedad, deterioro, abandono, pobreza y todo realmente feo. Decidí recorrer otros sitios fuera del Camino de la Reina que corroboraron esa triste impresión, concluyendo que era una isla en la cual existían dos mundos extremos.
En temas de liderazgo, debo reconocer que los dos ejemplos mencionados no son hechos aislados, sino casos comunes en todos los países, incluyendo los supuestamente desarrollados. Lo cierto parece ser que muchos “líderes” se van rodeando de clones que solo les dicen lo que ellos desean escuchar. Perdiendo contacto con la realidad. Por otra parte, los miembros del partido de turno toman sus cuotas de poder y el presidente, en estos casos, queda solo viendo una película que no refleja la realidad.

Luego, en algún momento en el tiempo, cuando surgen problemas la tendencia es a buscar culpables, negar lo que ocurre y/o lanzar todo a gobiernos anteriores. «Lo más fácil del mundo es negar un hecho, muchos lo hacemos, pero el hecho sigue siendo el hecho», afirmaba el escritor y bioquímico estadounidense Isaac Asimov.

Por lo contrario, un auténtico líder debe ser de un individuo de «Contacto y Presencia», nunca un individuo aislado de la realidad que termina escuchándose solo a sí mismo a través de otros. Esto significa que un auténtico líder es un individuo que está cerca de lo que dirige para comprender y sensibilizarse con lo que está ocurriendo, de manera tal de poder gestionar cambios y mejoras a tiempo.

Es un hecho que cuando el líder está cerca de la realidad es permeable a las necesidades, inquietudes y malestares de sus seguidores y comunidades. El líder debe propiciar el diálogo continuo con todos, para no alejarse ni perder contacto, porque esa lejanía de la realidad lo llevaría a enfrentar problemas que le caerán como un “maremoto”, sin previo aviso. Porque una vez que la necesidad, inquietud o malestar se convierte en problema, éste seguirá creciendo y su manejo y solución será cada vez más complicado y complejo.

El filósofo contemporáneo español Fernando Savater, refiere que solo nuestra ignorancia de cómo están o estaban las cosas en el momento A justifica que nos sorprendamos de lo que pasa u ocurre luego en el momento B. Es un hecho que a muchos líderes -literalmente – los atropella la realidad, una realidad que de alguna manera se habían negado a reconocer, pero que llegado el momento deberán enfrentar. El mensaje de este artículo aplica al liderazgo en todos sus escenarios, aunque lo hayamos tratado más enfocado en lo político.

Publicado por

Miguel A. Terán

Psicólogo especialista en Desarrollo de Líderes y Organizaciones, Coach Certificado, Diplomado en PNL y Psicología Positiva, Certificado en Gestión de Recursos Humanos. Ha ejercido cargos de gerencia y dirección regional en el área de latino-américa, para importantes empresas (PwC-PricewaterhouseCoopers, GSK-GlaxoSmithKline, Quaker Oats Company, entre otras). Profesor universitario (UCV), Coach Organizacional, de Liderazgo, Profesional y de Negocios. Escritor, Orador, Entrenador e Instructor en Programas de Formación y Desarrollo Ejecutivo, Gerencial y de Liderazgo.

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