Lo importante es que el líder comprenda que no necesariamente debe dejar de hacer lo que le apasiona ni aquello en lo cual es realmente bueno, para tomar equivocadamente actividades que representan para pérdida de tiempo o costo de oportunidad, dejando erróneamente de un lado las actividades, áreas o temas en los cuales su participación si hace una diferencia.
Pensar o imaginar un líder que domine todos los temas con el conocimiento y habilidad requerida es una absoluta utopía. El campo del conocimiento es muy amplio y adquirir habilidad en múltiples temas no siempre es tarea fácil. Además, vale la pena repetir y recordar, que existen actividades, áreas o tareas que nos atraen y motivan y otras que no tanto, o que para nada nos atraen.
El líder lo que requiere es conocerse bien a sí mismo, conocer real y honestamente lo que conoce, las habilidades que posee y lo que le apasiona y motiva. En mi experiencia profesional he conocido muchos líderes, y en este listado de tipos de líderes, puedo referir a líderes que considero constructores, para quienes su preocupación, placer y habilidades consiste en colocar “más pisos” a la organización, para hacerla crecer “ilimitadamente”, pero con escaso o casi ningún interés de su parte en consolidar o solidificar los “pisos” que construyó anteriormente.
En esas actividades, áreas o temas que no le son placenteras, motivantes ni retadoras, en general, observé que tienden a procrastinar, con el riesgo de que se pierden oportunidades o se resuelvan temas, que a corto o mediano plazo se convertirán en problemas. Y, es en esas áreas, donde requiere rodearse de individuos que sabrán hacerlo bien.
El líder, si requiere saber dosificar y distribuir las presiones entre sus seguidores, reconocer los cambios como oportunidades y enfocar equipos y seguidores hacia esa ruta. Un líder efectivo debe tener ante todo una clara visión que le permita definir la realidad presente y futura, pero para ello, debe comprender adecuadamente lo que ocurre en el presente y estimar la probable evolución de los temas en el tiempo.
Recuerdo haber tenido un líder que en nuestra primera reunión me dijo “me gusta conformar mi equipo de trabajo con individuos que cuestionen mis puntos de vista, y mis potenciales decisiones y acciones”. “Cuando tengo supervisados que siempre están de acuerdo conmigo, considero que alguno de los dos está de más en el equipo; y por supuesto, que quien está de más no soy yo”.
El líder debe aceptar y reconocer sus fortalezas, debilidades, pasiones y motivaciones, para dedicar tiempo a escoger y formar a esos miembros del equipo que deben efectivamente cubrirle en sus debilidades o desintereses, para que el líder pueda dedicarse a aquello en lo cual su trabajo y liderazgo hará una positiva y firme diferencia para la organización, para su equipo y para el proyecto.
