El ego, concepto que todos conocemos, podemos definirlo –de una manera sencilla- como “La idea que tenemos de nosotros mismos”. Sin embargo, el ego no siempre es un yo verdadero, no siempre representa nuestra precisa ni auténtica descripción, simplemente es el concepto que hemos construido cada uno de nosotros durante el paso del tiempo, de niños a adolescentes y de allí a adultos.
Lo cierto es que el yo o ego, como es mejor conocido, se construye basado en referencias externas, de otros y del entorno. Por tanto, generalmente, es una distorsión de lo que somos y de nuestra realidad. El exceso de ego, uno de sus extremos, se acompaña de una visión distorsionada o desvirtuada de nuestras características y cualidades, mayormente intensificadas y exageradas.
Sigue leyendo Uno de los principales enemigos del líder es su propio ego. Miguel A. Terán