Podría interpretarse como osadía de mi parte, considerar que aclararemos este tema en apenas una cortas líneas, ya que con seguridad los comentarios a recibir y otros muchos conceptos relacionados con el tema deben ser agregados a próximos artículos, para comprender mejor la importancia del seguidor en un efectivo proceso de liderazgo. Además, requeriríamos definir el tema líder-seguidor en cada contexto, porque no es lo mismo en el mundo organizacional que en el político.
Es absolutamente cierto que se ha escrito, hablado, discutido y disertado mucho sobre líderes y liderazgo, desde tiempos inmemoriales; pero el liderazgo, tiene dos protagonistas o actores principales: los líderes y los seguidores; ambos indispensables para un efectivo proceso de liderazgo. Se ha reconocido que un líder es quien tiene seguidores. Sin embargo, poca tinta y palabras han sido invertidas en tratar temas relacionados con el seguidor.
Lo cierto es que líderes y seguidores conforman un todo indivisible, son las dos partes de ese todo. Quizá un especie de Yin y Yang por la dualidad, que describe a dos fuerzas opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. En la forma en que tradicionalmente se han manejado o conducido muchos líderes, es posible que sea un Yin-Yang; pero la verdad, es que líderes y seguidores deberían ser complementos enfocados en la mutua construcción de objetivos y logros que beneficien no solo las partes sino al todo.
Un liderazgo efectivo debe crear un ambiente propicio y fértil para que los seguidores se desarrollen y crezcan de manera integral, quiero decir no solo en aquellos aspectos que son útiles en el corto plazo de algún objetivo, proyecto o actividad. El liderazgo, en su parte objetiva, pretende lograr metas apoyándose en su gente, pero los resultados de ese esfuerzo deben ser en beneficio de todos, no solo de quienes lideran. El líder debe preocuparse y ocuparse del efecto del proceso y resultados del liderazgo sobre las personas y el entorno.
La triste realidad es que muchos liderazgos, mal enfocados, han sido construidos en base a la ignorancia del seguidor, la historia está llena de casos. Es innegable, que en la medida que el seguidor es más ignorante tendrá menos capacidad de criticar y será más fácil víctima de manipulaciones por parte del “líder”.
En diferentes momentos, contextos y culturas han sido muchos los “líderes” que han impedido o mutilado la posibilidad de que sus seguidores vivan ciertas experiencias y comprendan ciertos procesos, que les permitirían adquirir los conocimientos y aprendizajes necesarios para desarrollarse como auténticos seguidores. Tener a los seguidores en la oscuridad de la ignorancia ha sido la estrategia para conservar muchos liderazgos.
Pero, he aquí un importante «Pero», la ignorancia es un arma de doble filo, por lo cual seguidores ignorantes pueden voltearse –guiados solo por su propia ignorancia- contra el líder o líderes que los mantuvieron en la ignorancia.
Ocurre que ante el discurso elaborado, con palabras agradables y convincentes, por algún o algunos nuevos líderes, y cargado de promesas, esperanzas e ilusiones, «el ignorante seguidor» aceptará fácilmente una nueva oferta –aparentemente mejor que la actual- y apoya un cambio de rumbo. En otras palabras, el líder actual –ahora saliente- fue “golpeado por su propio martillo”. La ignorancia que fue su herramienta para dominar ahora le sirvió a su enemigo o contrincante para quitarle el liderazgo.
Aunque se conocen o se publican más ejemplos de engaños de líderes a seguidores, que de seguidores a líderes, podemos afirmar que el engaño no ha sido propiedad de los líderes. El engaño y la traición es bi-direccional o en ambas direcciones, no solo del líder a sus seguidores sino también de los seguidores hacia el líder.
Para aclarar un poco, tratemos de introducir la palabra lealtad, como un aspecto o condición básica para un sano y efectivo proceso de liderazgo. El diccionario define la «Lealtad» como el cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad, del honor y el bien. Sin embargo, en innumerables ocasiones el “líder” tiene su agenda oculta y algunos de sus “seguidores” también, no hay lealtad.
La realidad es que detrás de muchos objetivos iniciales o superficiales, hay otros objetivos de orden superior, llamados meta-objetivos que constituyen el propósito real detrás alcanzar un objetivo. En el mundo político esto se considera casi “normal”. Cuando la meta-objetivo no es compartida ni común a las partes involucradas, llámense líderes y seguidores, cada parte está esperando un particular propósito o beneficio en el logro del objetivo, posiblemente en detrimento o perjuicio de la otra parte, y por supuesto, del todo.
La lealtad es parte de un genuino compromiso, porque el compromiso genera lealtad, pero no es común que ocurra al revés. Entonces, es fácil engañarse con muchas falsas lealtades, pero la verdad es que muchos son solo leales a sus necesidades y deseos o a lo que el otro tiene o representa, a lo que puede beneficiarles; por lo cual, cuando cambian sus necesidades y deseos o cambia lo que el otro es o representa, desaparecerán sus “lealtades”.
En resumen, seguidores mejor preparados – sin lugar a duda- tendrán mayor conocimiento y conciencia de su rol, por lo cual serán más exigentes en la escogencia de sus líderes y en la evaluación de la gestión y resultados de éstos, así como en la previa definición de objetivos y propósitos de beneficio para todos.
Miguel A. Terán
Septiembre 15, 2016.
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
Cuando el propósito, objetivos de rendimientos y enfoque son comunes los Lideres ganan lealtad de sus seguidores
Me gustaMe gusta