En la medida que el líder conozca más profundamente los talentos, inquietudes y expectativas de sus seguidores, más podrá apoyarse en ellos para alinear esas expectativas, competencias y potencial individual con las necesidades, objetivos y retos de su gestión de líder.
El líder debe considerar a sus seguidores desde dos perspectivas: Una de ellas como recursos en el logro de los objetivos, para lo cual –el líder y su equipo de liderazgo- requiere conocer en cada uno de sus seguidores las competencias y potencial que poseen, mezclando adecuadamente las mismas dentro de los equipos de trabajo para lograr los mejores y más óptimos resultados.
La otra perspectiva exige que el líder reconozca y respete a sus seguidores como seres humanos, que requieren comprensión y apoyo para el logro de sus expectativas y la satisfacción de sus necesidades y deseos. Los seguidores deben ver en el apoyo del líder la posibilidad de alcanzar logros y mejoras para ellos, no solo percibir beneficios para el líder.
Adicionalmente, el líder debe ser no solo un individuo flexible, para aceptar cambios o variaciones en sus proyectos y en el desempeño de sus seguidores, sino un ser humano sensible para reconocer la necesidad de esos cambios y las circunstancias de esas variaciones.
Es importante reiterar que el líder logrará el auténtico compromiso de sus seguidores hacia él y hacia el proyecto de liderazgo, sí y solo sí, demuestra recíproca sensibilidad y compromiso hacia sus seguidores, reconociendo sus particulares e individuales talentos y potencial, y siendo sensible a las especiales características y necesidades humanas que cada uno de ellos posee.
Ese adecuado balance y equilibrio, en bienestar de todas las partes involucradas, será condición básica para lograr la necesaria armonía en los equipos y el efectivo enfoque en las actividades requeridas para el logro de los objetivos del proyecto de liderazgo.