
Comencemos haciendo referencia a que podemos oír muchas cosas, pero no las escuchamos todas. En otras palabras, escuchar requiere la voluntad e intencionalidad, mientras oír es percibir sonidos a través de nuestros oídos, independientemente de nuestra voluntad. Un proverbio egipcio parece diferenciar las palabras “Escuchar y Oír” al decir: “Oír es precioso para el que escucha”.
Un ejemplo clásico muy ilustrativo de la diferencia entre oír y escuchar -referido en un artículo por el filólogo y periodista barcelonés Magí Camps Martín, es el siguiente: «Y dijo el conferenciante con un hilo de voz: “Los de la última fila ¿me escuchan?”, a lo que una persona de la última fila respondió: “Le escuchamos con mucha atención, profesor, pero apenas le oímos”.
Definitivamente, una de las habilidades más importante de un líder es saber escuchar. El líder debe leer entre líneas e inclusive escuchar lo que expresan los silencios. Los silencios permiten escuchar con atención, para luego reflexionar sobre lo escuchado, “Escuchando para comprender no para responder”.