
Un claro y simple mensaje de sabiduría milenaria nos deja ver a través de un sencillo ejemplo, la importancia de planificar y actuar a tiempo, anticipando necesidades para satisfacerlas en su oportuno momento y previendo potenciales eventos de riesgo para buscar soluciones a tiempo.
El líder debe tener claro que si iniciamos la excavación del pozo cuando ya tenemos sed, terminaremos muriendo sedientos, sin haberlo lograrlo.
Se dice que cuando la oportunidad llega ya es algo tarde para prepararnos y, que, por lo contrario, la suerte sonríe a quien encuentra adecuadamente preparado. En realidad, no es cuestión de suerte es cuestión de visión, proactividad, prioridad, enfoque, preparación y esfuerzo.
Permitir que nos consuman las urgencias y emergencias, dedicándonos solo a “apagar incendios” nos hará desviarnos de lo realmente importante, desperdiciando inútilmente tiempo y otros recursos. Equilibrar lo urgente y lo importante es una habilidad vital del líder para liderizar con sentido, evitar problemas y construir futuro.
Debemos estar claros que lo que logramos en el presente es directa consecuencia de las decisiones y acciones que hemos tomado en algún momento del pasado, lejano o reciente, basados en nuestra forma de pensar, que a su vez se sostiene en nuestras creencias y paradigmas. Y que recogeremos en el futuro la cosecha de lo que estamos sembrando hoy. El líder condenaría a sus seguidores y deterioraría su gestión, sí pretende resolver los problemas solo en la medida que éstos vayan surgiendo.
Entonces, el líder debe establecer a tiempo objetivos y prioridades del proyecto que lideriza, escogiendo con adecuado criterio las mejores alternativas y opciones para alcanzarlos, definiendo y cuantificando los recursos a utilizar y procurando siempre la satisfacción de las necesidades y sueños de sus seguidores.
El mensaje de este metafórico proverbio, es que el líder debe escoger con sabiduría el lugar donde excavar el pozo y determinar el momento adecuado para hacerlo, siempre antes de que aparezca la sed y nos consuma el agotamiento.