Causas y Efectos Sociales: Un tema que líderes y ciudadanos deben Comprender.

“Todo lo que sucede en el presente, para bien o para mal, es resultado de eventos, situaciones o circunstancias que ocurrieron en el pasado y todo lo que sucederá en el futuro, será resultado de lo que está ocurriendo hoy”.

Miguel A. Terán

Los procesos humanos y sociales, al igual que los procesos biológicos en el mundo animal y vegetal,  ratifican la obsolescencia de la teoría de la generación espontánea. Considerar que algo ocurrió o surgió de la nada, sin causa ni razón previa, no ayudará a comprender lo que debemos hacer a futuro para repetir la causa, si el efecto fue bueno o para evitarla, si esté fue malo.

La generación espontánea es una antigua teoría biológica que consideraba que ciertas formas de vida (animal y vegetal) surgen de manera espontánea o de repente a partir de materia orgánica, inorgánica o de una combinación de las mismas. El científico francés Louis Pasteur demostró, a mediados del siglo XIX, que la teoría de la generación espontánea no era cierta, postulando la ley de la biogénesis, que establece que todo ser vivo proviene de otro ser vivo ya existente. (Referencias de Wikipedia).

Haciendo una analogía o relación de semejanza de lo anterior con los procesos humanos y sociales, podemos afirmar de la misma manera que “todo proceso humano o social proviene de otro proceso humano o social previo o ya existente”. En otras palabras, ninguna condición, situación o circunstancia personal, de pareja, familia, equipo, laboral, política, financiera, económica o social aparece o surge de repente, sino que es producto, resultado o consecuencia de otros procesos anteriores o previos, que han venido ocurriendo en una serie encadenada o concatenada de hechos o causas; generalmente, espaciados o separados en el tiempo, y que han conducido a la situación o condición que podemos observar, vivir, disfrutar o sufrir en un momento particular.

A pesar de que el tema luce complejo, trataremos de discutirlo en lenguaje sencillo, refiriendo que “Toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa”, tal cual lo expresa uno de los principios de la metafísica. Sin embargo, como no siempre las causas y los efectos se dan en el mismo lugar ni en el mismo momento, ese lapso en tiempo o esa separación espacial o geográfica entre causa y efecto, permite que intervengan otras variables que distorsionan, modifican o hacen que olvidemos una relación perfecta o lineal entre una causa y un particular efecto, que muchas veces impide  comprender las razones por las cuales ocurre algo en un momento  o lugar determinado. “El grado sumo del saber es contemplar el por qué”, afirmó el filósofo griego Sócrates.

Es común atribuir la causalidad a situaciones o eventos cercanos en el tiempo, porque no es fácil asociar o recordar otros eventos y procesos lejanos en el tiempo, que fueron la causa original. Así, confundimos efectos posteriores o síntomas con causas. Muchos de estos síntomas impactan de tal manera, que se configuran y convierten en causas de otros efectos, y esta condición puede extenderse y multiplicarse en el tiempo.

Es un hecho que muchos de los efectos se dan en procesos espaciados en el tiempo, la mayor parte de las veces imperceptibles en sus primeras etapas, pueden ser inclusive en años o décadas. Los procesos sociales –generalmente- son resultado de acumulativas causas y efectos, que suceden por años, hasta que finalmente desembocan en crisis sociales importantes. En el plano personal también puede transcurrir mucho tiempo en ciclos de causas y efectos, durante los cuales paulatina o lentamente se deterioran amistades y relaciones, que finalmente acabarán con parejas, amistades, negocios, trabajos y más.

Al considerar y reconocer que son una serie de causas o hechos, espaciados en el tiempo,  quienes originan los procesos de cambio o transformación individuales o sociales, estaremos comprendiendo que son procesos evolutivos; desgraciadamente, algunas veces involutivos porque detienen o retroceden lo que –en algún momento- había “evolucionado”.

Debemos tener presente que los procesos individuales y los procesos sociales no son independientes, están interrelacionados.  De manera tal, que lo social afecta lo individual y viceversa, porque son parte de un mismo todo.

En un caso de la vida personal, para ejemplificar lo antes expresado, no haría sentido lógico –tal vez solo sentido emocional- considerar que una relación de pareja se pierde de la noche a la mañana, porque definitivamente la ruptura de la relación es consecuencia y resultado de un proceso acumulativo de deterioro en el tiempo, aunque en su etapa final se haga realidad de manera –aparentemente- súbita o violenta. En otras palabras, no podemos considerar que ha sido una gota la culpable de derramar el vaso, por más grande que parezca la gota es necesario reconocer que ya el vaso se había llenado con otras gotas.   

Haciendo una analogía, para reforzar lo escrito en el párrafo anterior considero que a nadie -en su sano juicio- se le ocurriría decidir «eliminar todos los amantes» para acabar con la infidelidad de parejas. Parece más lógico y racional reconocer que el amante no es más que un efecto o consecuencia que surge -no por generación espontánea- sino como resultado de una relación de pareja deteriorada en el tiempo, que le abre espacios a otras relaciones.

En resumidas palabras,  para explicarnos lo que ocurre hoy día en cualquier aspecto humano o social debemos comprender los procesos y su evolución, pero sobre todo comprender las raíces y causas que los originaron y reforzaron en el tiempo, evitando confundir síntomas con causas y considerar –erróneamente- que al atacar y resolver los síntomas, los problemas de hoy quedaran solucionados de manera permanente y definitiva.

En las sociedades, para realizar un efectivo análisis de particulares circunstancias, situaciones o problemas del presente, se hace necesario que consideremos la búsqueda de sus causas o raíces varias décadas atrás, inclusive hasta siglos atrás.

La reversión de parte de los procesos puede ser factible o viable, pero ésta solo ocurrirá a través de nuevos procesos que requieren tiempo, evolución y transformación. Es un hecho, que para resolver el deterioro ocurrido en cualquier proceso humano o social requeriremos nuevos procesos que reversen o creen algo diferente. Un insumo básico es el tiempo, porque no hay recetas de microondas ni soluciones «overnight» o de la noche a la mañana para resolverlo y retornarlo a su estado original. Entendiendo, que realmente nunca volverá a su estado original,  porque los procesos producen cambios y -sobre todo- transformaciones que no son reversibles en algunos o en muchos aspectos

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El estilo de liderazgo autocrático. Miguel A. Terán

Un sistema de gobierno tiende a la autocracia cuando paulatina o gradualmente el poder se va concentrando en una sola persona, cuya voluntad y particulares intereses son su única guía, dejando a un lado el bienestar y los intereses del resto de la sociedad.

Los gobiernos autocráticos pueden asumir el poder por medio de un golpe de estado o a través de elecciones democráticas y, posteriormente, el líder elegido se va transformando, hasta dejar al descubierto su verdadera cara autocrática y dictatorial.

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¿Qué significa Racismo Sistémico? Miguel A. Terán

Es osado de mi parte intentar tratar, en algunos breves párrafos, este amplio, multivariable, complejo, arraigado y controvertido tema; pero consideré la importancia de hacerlo, para contribuir a aclararlo, aunque con seguridad en muchos de los puntos -apenas mencionados o brevemente tratados- quedarán innumerables espacios para escribir sobre las múltiples aristas de este tema. 

Igualmente, para no desvirtuar la importancia vital de este tema vital para la anhelada paz social, me gustaría dejar claro -desde estos primeros párrafos- que este artículo tiene un contenido enfocado hacia una realidad social, que debe ser concientizado para poder ser resuelto desde sus raíces, y que no conlleva ningún sesgo hacia una determinada tendencia política.

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La empatía una vital característica en un auténtico líder. Miguel A. Terán

Comencemos por aclarar que la empatía es una palabra que nos describe como reales y auténticos seres humanos. Un individuo sin capacidad de ser empático es difícil de ubicar -inclusive- como ser vivo, debido a que, hasta en el reino animal, muchos individuos o especies -controlando sus instintos- dan claras muestras de empatía.

La empatía podemos describirla como la genuina intención de un individuo por comprender y solidarizarse con los sentimientos y emociones de los demás, poniéndose -literalmente- en los zapatos de ellos, lo cual requiere una auténtica comprensión de su dolor y sufrimiento; y motiva el deseo de apoyar y ayudar.

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Los ciudadanos debemos tener la posibilidad de comunicarnos libremente, sin la presión de la ideología ni del fanatismo.

En democracia los ciudadanos deberíamos tener garantizada la libertad de expresarnos, sin que nuestras opiniones y argumentos sean criticados únicamente desde una perspectiva fanático-ideológica.

Sin embargo, lo que ocurre es que estamos perdiendo -cada vez- a mayor velocidad la posibilidad de expresar libremente nuestros puntos de vista, lo cual limita nuestra opinión sobre los diversos temas sociales, económicos, educativos, de salud, laborales, de justicia, culturales, científicos, religiosos y cualquiera otro, que nos impactan positiva o negativamente a todos y a las comunidades locales, regionales y mundiales a las cuales pertenecemos, porque apenas  nos atrevemos a expresar nuestro sentir u opinión, somos juzgados, criticados y descalificados junto a nuestras opiniones y argumentos desde una perspectiva o punto de vista puramente ideológico y -en muchos casos- hasta cargado de  fanatismo.

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El auténtico liderazgo se hace visible en los momentos de crisis. Miguel A. Terán

En aguas mansas cualquier marinero es Capitán. Y es un hecho que “Cualquiera puede sostener el timón cuando el mar está en calma”, como sabiamente expresó, hace más de dos milenios, el escritor latino Publio Sirio.  En otras palabras, parece y seguramente es fácil navegar en aguas mansas.

En aquellos casos, donde surge algún acontecimiento inesperado y potencialmente dañino o perjudicial, que podríamos definir como crisis, el líder debe dar respuesta inmediata y efectiva al acontecimiento y sus consecuencias, evitando daños e impactos mayores.  Para ello, el líder debe realizar un detallado análisis y evaluación de la crisis y sus características, lo cual es vital para una adecuado diagnóstico y prescripción de las medidas a tomar.

No obstante, es importante aclarar que en una efectiva gestión de liderazgo las crisis deberían ser más excepciones que reglas, porque una de las características de un auténtico líder es ser visionario y proactivo, nunca -o excepcionalmente reactivo-, por lo cual tendrá la capacidad de anticipar y evitar el surgimiento y desarrollo de estados de crisis.

Un auténtico líder siempre dedicará tiempo y recursos enfocados en anticipar potenciales eventos o amenazas que podrían generar inestabilidad o causar impacto y daño. Comprender las necesidades de sus seguidores y hacer el mejor y más efectivo esfuerzo por satisfacerlas -especialmente durante una crisis- es tarea básica de un auténtico líder, para evitar que esas necesidades insatisfechas se conviertan en un problema adicional a la crisis.   

Ese análisis y evaluación debe permitir al líder determinar con la mayor precisión la realidad con la que se enfrenta, a fin de definir sus características y alcance, para establecer prioridades, decidir y actuar lo antes posible.

Recordemos que “La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece”, según expresó el escritor y novelista estadounidense Philip K. Dick. La percepción de un problema, su potencial de daño y sus dimensiones, estará de alguna manera desvirtuada y sesgada por creencias, paradigmas e intereses. En otras palabras, existe el latente riesgo que la emocionalidad puede superar la racionalidad.

El líder debe evitar dispersarse buscando culpables y enfocarse en resolver la crisis. Él debe ser la cara visible de la lucha contra la crisis, representando el lado balanceado y equilibrado, para buscar armonizar todas las variables en juego y gestionar de manera efectiva la solución.

El auténtico líder debe ser punto de unión, enlace y vínculo entre todos los actores que tienen un rol o son víctimas reales o potenciales en una crisis. Generalmente, las crisis se salen de la actividad estándar; por ello, la efectiva gestión de crisis requiere involucrar equipos multidisciplinarios de expertos.

En las crisis usualmente el tiempo es un recurso escaso y trabaja a favor de la crisis, ello significa que la crisis tiende a crecer y diversificarse en caso de no ser detectada, contenida y controlada a tiempo.  El líder debe estar consciente que las crisis son riesgosas, no solo por sus efectos inmediatos sino debido a que pueden convertirse en una “Bola de Nieve” y por su efecto residual en el futuro.

Luego de controlada la crisis el líder debe evaluar el desarrollo de planes y programas de recuperación, para reanudar las actividades desde una nueva perspectiva o circunstancia. Igualmente, debe -junto a su equipo- evaluar y analizar lo ocurrido para comprender la enseñanza y obtener el aprendizaje que dejó la experiencia vivida, a fin de evitar que vuelvan a repetirse crisis similares en el futuro.

El líder debe tener “visión, oído y olfato” para percibir realidades y no aparentes verdades. Miguel A. Terán

Expresa la frase del escritor y novelista estadounidense Philip K. Dick: “La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece”. Es absolutamente cierto que “No podemos tapar el sol con un dedo”.

Quisiera comenzar este artículo refiriendo dos historias personales. La primera, surge algunos años atrás cuando mi hermano mayor trabajó para el gobierno de Vlidervoice-logoenezuela en un cargo de baja jerarquía, pero cercano al presidente del momento. Su cargo no era político sino relacionado con temas de seguridad del presidente. Recuerdo que él me comentó -y conversamos al respecto- en una oportunidad su frustración al reconocer como engañaban al presidente, que según él era una buena persona y de valores, pero no un gran líder ni un buen gerente. Sigue leyendo El líder debe tener “visión, oído y olfato” para percibir realidades y no aparentes verdades. Miguel A. Terán

Los líderes pasan, pero los efectos nutritivos o tóxicos de su gestión permanecerán vigentes en el tiempo, para bien o para mal. Miguel A. Terán

Reconocer y valorar a un líder solo por sus resultados, especialmente a corto plazo, es un absoluto gesto de miopía, que demuestra incapacidad para enfocar los resultados e impacto de esa gestión en el mediano y largo plazo. Muchas decisiones y acciones “exitosas” en el presente pueden tener pésimas consecuencias en el tiempo; por ello, un auténtico líder debe comprender el impacto futuro de sus decisiones y acciones.logo-lider-voice

No se trata tampoco de solo evaluar y aplaudir sus logros, ni visualizarlos en el tiempo, sino que también es vital entender y comprender la forma en que éstos fueron alcanzados. Erróneamente algunos afirman que, si el fin es “lícito o válido”, los medios para alcanzarlo también se transforman en “lícitos o válidos”. Es importante aclarar que las pautas morales deben estar más allá de la normativa u orden jurídico, porque tienen que ver con el respeto por lo humano, no solo relacionadas con penalizar o castigar por incumplir o violar una ley o normativa. Sigue leyendo Los líderes pasan, pero los efectos nutritivos o tóxicos de su gestión permanecerán vigentes en el tiempo, para bien o para mal. Miguel A. Terán

Es imprescindible comprender la cultura de una sociedad, antes de pretender lograr en ésta cambios y transformaciones sostenibles. Miguel A. Terán

Comencemos aclarando que la cultura de una sociedad es mucho más que sus formas de vestir, comidas, lenguaje, arte, música, historia, religión, costumbres y tradiciones.  La cultura de una sociedad es uno de los factores protagónicos, condicionantes y determinantes en la forma en que los miembros de esa sociedad perciben, sienten, piensan, deciden y actúan. Y podríamos considerar aplicable para explicar las dimensiones de la cultura con el axioma: «El todo -en este caso la cultura- es más que la suma de sus partes».

lidervoice-logoLos valores, creencias y paradigmas individuales de cada miembro son determinados inicialmente por sus respectivos grupos familiares, entorno y por las instituciones que conforman alguna particular comunidad, la cual a su vez está influida por los valores, creencias y paradigmas de esa sociedad en su conjunto. En otras palabras, la cultura de una sociedad determina los valores, actitudes y conductas que son aprendidas por los miembros de esa sociedad y transmitidas de generación en generación. Sigue leyendo Es imprescindible comprender la cultura de una sociedad, antes de pretender lograr en ésta cambios y transformaciones sostenibles. Miguel A. Terán

«Definir la realidad es la tarea más complicada e importante del líder». Miguel A. Terán

Todo lo que un líder hace parte de la realidad que éste concibe en su mente y corazón. No obstante, la realidad debe someterse a un adecuado y efectivo diagnóstico antes de asumirla como tal y actuar en consecuencia.

Si el diagnóstico de la logo-lider-voicerealidad es equivocado, todo o buena parte de lo que hagamos posteriormente será equivocado. Un ejemplo simple, si un médico hace un mal o inadecuado diagnóstico de la enfermedad de un paciente, con toda seguridad prescribirá los exámenes, evaluaciones y las medicinas equivocadas.

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